Gigante Abogados, vuestro despacho de abogados en Jaén en derecho de caza, quiere tratar sobre el fascinante mundo del aguardo nocturno de jabalíes ¿Pero sabemos realmente de que se trata?

Para empezar debemos comenzar señalando que cada Comunidad Autónoma lo define de una manera diferente, y le aplica normas distintas.

Así en Andalucía, es una modalidad organizada exclusivamente para jabalíes donde una persona cazadora espera al jabalí desde un puesto fijo, y que se practica en horario nocturno, con las siguientes condiciones:

• Solo puede practicarse en cotos de caza mayor y en cotos de caza menor con aprovechamiento secundario de mayor, así como en cotos de caza menor exclusivamente por control de daños.
• Un máximo de tres personas cazadoras por cada 250 hectáreas y jornada, estableciéndose una distancia mínima entre puestos de 150 metros.
• En la acción de caza y en el momento del disparo, podrá portarse y utilizarse una linterna.
• La distancia mínima a la linde de otro coto de caza será de al menos de 200 metros.

En Castilla La Mancha, el aguardo nocturno consiste en que el cazador espera apostado en un lugar a que la pieza acuda espontáneamente a él, y se practica por la noche.

En el plan técnico podrá incluir fuentes luminosas artificiales, monoculares y binoculares de visión nocturna, siempre que estos no estén provistos de sistema de puntería ni estén acoplados al arma, todo ello para prevenir riesgos a la seguridad de las personas y garantizar la certeza en la elección de la pieza que se pretende cazar.

Por último, en Extremadura, aguardo nocturno es una modalidad de caza en la que el cazador desde puesto fijo espera la entrada o paso del jabalí. Únicamente se permite la caza en horario nocturno y se podrá utilizar luz artificial, como medida de seguridad, únicamente en la modalidad de aguardo.

Queda claro, la prohibición generalizada de acoplar visores nocturnos o térmicos, como elementos de puntería, pero algunas CCAA avanzan, y permiten el uso de linternas como elementos de puntería.